domingo, 22 de junio de 2014

El Madrid empata la finalísima (por Alberto Bartolomé)


 
Las espadas están en todo lo alto en el mayor espectáculo baloncestístico español. La final de la Liga Endesa vuela a la ciudad condal con el 1-1 entre merengues y culés, tras la victoria de ayer por parte del cuadro de Pablo Laso (todavía maltrecho de su tendón de aquiles) donde destacaron un gran Rudy Fernández, un decisivo “Chacho”, y un sólido y sorprendente juego interior conformado por la dupla Bourousis y Mejri.

Los blancos salieron con el cuchillo entre los dientes, conscientes de lo vital del choque para mantenerse con vida en la serie, en un extraordinario primer cuarto en el que  se estableció la renta que marcaría el resto del encuentro (22-10 a 2 minutos de concluir el cuarto), en parte provocada por la actitud más conservadora y relajada  de los blaugranas  con respecto al jueves pasado al saber que ya habían robado el factor cancha. El primer cuarto acabó con una diferencia de 24-14 para los locales, cimentado en una excelente labor en defensa y en el rebote, destacando la irrupción estelar del tunecino Mejri y un consistente Rudy que terminó como máximo anotador de su equipo con 17 puntos. Sin embargo en el Barcelona cundió el desacierto, las pérdidas de balón, la pasividad y la falta de ideas en todos los lados de la cancha.

El segundo cuarto fue un cuarto de transición con un tanteo muy igualado (16-16 concluyó el parcial del cuarto), donde el Barça comenzó a coger el ritmo del partido, incrementando los porcentajes en todas las facetas del juego y mostrándose más férreos ante el ataque del Madrid. El juego se fue espesando poco a poco, con una cantidad mayor de faltas y un ritmo trabado, consiguiendo romper el caudal ofensivo madridista. El partido llegó al descanso  con una distancia siempre en torno 10 puntos (40-30 al descanso).

Tras el descanso los culés plantearon una zona como novedad táctica que Rudy y la pareja de interiores madridista, Mejri y Bourousis con 39 de valoración entre ambos y siendo muy superiores en la pintura al juego interior del Barça, se encargaron de encontrarle las debilidades, en un principio, logrando aumentar la diferencia mínimamente. Xavi Pascual durante el transcurso del cuarto consiguió realizar los ajustes necesarios en defensa, y junto con la aparición del puntal ofensivo Oleson (17 puntos) y el buen hacer de Navarro en el partido (15 puntos) decantaron el cuarto para los catalanes. La renta de los locales se vio reducida a 7 puntos finalizado el tercer cuarto (58-51).

Para el último cuarto los equipos se guardaron la traca final en el plano ofensivo. Festival de triples en los primeros minutos de cuarto que maquillaron los horrendos porcentajes acreditados por ambos conjuntos hasta ese momento, especialmente inspirados Sergio Rodríguez y Brad Oleson por cada bando. El Barcelona comenzó con mucha fuerza, llegándose a colocar a 4 puntos (58-54), pero pronto se comprobó que la lacra de un juego interior desacertado (entre Lampe y Tomic 6 puntos) y un discreto Marcelinho en la dirección no podría doblegar a un Madrid desatado con un “Chacho” decisivo en los instantes finales (10 puntos y 5 asistencias en el cuarto). Esta genial actuación y el hecho de que el equipo culé no se pusiera ninguna vez por delante en el marcador (no sabiendo jugar con los nervios y las ansias de los blancos) finiquitaron el partido con el resultado 87-78. El Clásico del baloncesto español deja el Palacio de los Deportes para marcharse al Palau Blaugrana donde se presenta un tercer partido de la final clave para dilucidar  quién será el campeón.

La nota discordante y lamentable dentro de esta gran fiesta del baloncesto  la puso un indeseable que realizó gestos racistas simulando a un simio delante de Joe Dorsey. Este acto condenable ha sido atajado con celeridad por parte del Real Madrid que ha vetado y retirado el abono al aficionado y le ha puesto a disposición de las autoridades.

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