lunes, 3 de noviembre de 2014

Suenan las alarmas en Valencia Basket.

Ficha técnica:

90 - Real Madrid (25+26+20+19): Rivers (2), Rudy (9), Ayón (5), Llull (10) y Bourousis (15) -equipo inicial-, Maciulis (6), Nocioni (10), Carroll (8), Reyes (12), Rodríguez (3), Campazzo y Mejri (10).

71 - Valencia (12+16+27+16): Ribas (8), Van Rossom (6), Sato (3), Lucic (4) y Loncar -equipo inicial-, Lishchuk (7), Martínez (16), Dubljevic (20), Vives (2) y Buycks (5).

El Valencia Basket no funciona. No es el equipo que el año pasado maravilló a la Europa baloncestística con una defensa agresiva y un baloncesto rápido, vertiginoso a veces.Lo que era un mal principio de temporada se está convirtiendo en una peligrosa dinámica de derrotas y, lo que es peor, malas sensaciones en la cancha.

El partido de ayer no pudo comenzar peor ante el Madrid. Una defensa sin ajustar permitía a los "merengues" anotar con facilidad y penetrar la zona para doblar pases, bien a sus hombres interiores, bien a los exteriores que lanzaban en posiciones muy ventajosas. De esta manera, los locales pronto adquirirían ventajas amplias en el marcador. Perasovic movía infructuosamente el banquillo, la enésima oportunidad de Loncar que éste volvía a desaprovechar, naufragando en ataque y sin intensidad defensiva. Los locales abrían distancias lenta pero inexorablemente hasta el 25-12 del primer parcial del partido. Las bajas de hombres versátiles y con buena aportación ofensiva parecía mermar en exceso el juego de los de "La Fonteta". Harangody y Aguilar no pudieron participar en el partido por diversas molestias físicas, pero no es excusa para el mal rendimiento colectivo.

En el segundo cuarto, el cinco local apretó aún más si cabe en defensa con una zona presionante que impedía la fluidez del ataque valenciano y permitía rápidas contras que provocaban el entusiasmo de la grada. El "chacho" inventaba y la ventaja se disparaba. Los valencianos se mostraban impotentes, desubicados y con jugadores desaparecidos de la rotación. Tiempos muertos para parar el aluvión madridista, cambios defensivos y ofensivos, nada funcionaba entre los "taronja". Solo Bojan Dubljevic parecía intentarlo pero no está todavía en el estado de forma que se le presupone. Rafa M. lo intentaba a base de casta pero el muro madridista era demasiado alto para escalarlo solo. Al descanso el 51-28 reflejaba con claridad lo sucedido sobre el parquet del Pabellón de deportes de la Comunidad de Madrid.

El tercer cuarto comenzaba con una tímida reacción de los visitantes con la intención, al menos, de maquillar el marcador y no sufrir una derrota sonrojante. Por momentos pareció querer meterse en el partido pero los de Pablo Laso nunca dejaron que las ventajas bajaran de los 14 puntos. El juego no era tan brillante y el partido se convertía en un intercambio de canastas sin muchas pretensiones. A cualquier acercamiento "taronja" respondían los blancos con otro pequeño parcial para mantener su ventaja. Dubljevic seguía haciendo estadística pero sus números eran una isla en el océano de incapacidad colectiva. El naufragio era total y la impotencia evidente.

Foto: superdeporte.es

El último parcial fue más de lo mismo y un dejarse llevar por los dos equipos sin que el marcador sufriera variaciones importantes. Ahora toca centrar-se de nuevo en la Euroliga sin tiempo para relamerse las heridas. Es el último tren. Si pasa de largo, la máxima competición europea habrá durado menos que un caramelo a la puerta de un colegio.

Escrito por: @vicentsarrion

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